En Alemania ha salido un videojuego online que se basa en ponerse en la situación de un vagabundo. En principio podemos pensar que muy bien, ¡ya era hora de un poco de empatía y sensibilización! Pero no es oro todo lo que reluce.
Para sobrevivir en Berlín, el jugador debe convertirse en un maestro en gorronear en barrios nobles, recoger botellas retornables por las calles o convertirse en músico callejero.
Más de 300.000 personas se han apuntado a la experiencia de vagar virtualmente sin rumbo ni techo por las calles de la capital alemana en la primera semana de funcionamiento del juego.
Los que se inscriben en el juego obtienen un perfil personal de vagabundo donde se registra el dinero que acumula, su nivel de higiene y sus índices de alcoholismo, así como sus progresos para subir en la escala social.
Las posibilidades de consumo virtual de alcohol son limitadas y no funcionan entre las 06.00 y las 22.00 horas y se exige a los jugadores que traten de formarse para progresar socialmente, aunque las instrucciones del juego aseguran que "debido al consumo prolongado de alcohol seguro que has perdido más de una célula cerebral".
Los jugadores deben elegir una mascota animal que les acompañe (un simple pez al comienzo, que puede llegar a convertirse en un elefante o jirafa dependiendo de los avances).
Además, también es posible coordinarse con otros jugadores para formar bandas de vagabundos que rivalizan e incluso luchan por defender sus territorios en los barrios de la capital alemana.
Pennergame.de comenzó hace dos años, y muchas organizaciones de vagabundos y personas sin techo consideran el juego de muy mal gusto.
Simplemente reflexionemos sobre la diferencia entre realidad y ficción, y como podemos utilizar estas herramientas como algo positivo en vez de convertirlas en elementos destructivos.